The Misfits 1961 "VIDAS REBELDES"
LA VANGUARDIA (30-5-1962)
Esta película fue el último que interpretó aquel gran actor que es Clark Gable. Aunque sólo fuese por esta circunstancia, la película merecería ser vista. Conmueve pensar que aquel hombre, todavía en plenitud vital, estaba redando sus últimas escenas, «Vidas rebeldes -qué en la versión inglesa se titula «The misfits («Los inadaptados») cuenta con otros atractivos de tipo singular, como es el guión de Arthur Miller, marido que fue de Márilyn Monroe, el cuál lo escribió expresamente para ella. El gran comediante de «Muerte de un viajante» y de «Panorama desde el puente», escribió una historia que resulta un poco demasiado norteamericana. Los tipos y los problemas que desfilan por la pantalla nos llenan de sorpresa, porque para nuestra sensibilidad de europeos resultan difíciles de entender. Y, sin embargo, son naturales en aquel mundo del Oeste norteamericano, original y apasionado, en el que persisten las lactancias de una vida llena de vigor, en la que lo civilizado y lo elemental andan siempre del brazo. «Rosalind», la muchacha hipersensible, de una enfermiza susceptibilidad ante el dolor ajeno aunque sea de un ser irracional, es una figura femenina que puede darse ciertamente en cualquier latitud. Pero sus reacciones ante la vida, ante los hombres, son ya otra cosa. Se ha dicho, que Althur Miller se había inspirado en algunos aspectos de la biografía más íntima de su ex mujer para escribir este guión. Que Marilyn es un ser original, sorprendente, de reacciones imprevisibles» lo ha demostrado en la vida real la famosa actriz, coreo en la pantalla lo demuestra también la trémula, acongojada y estupefaciente «Rosalind». No debe ser leyenda, lo de que entre la figura real y la ficción cinematográfica existe una cierta correspondencia psíquica. «Rosalind» es una muchacha. Bailarina de «dancing», que va a Reno para intentar vender un coche. Figura de mujer inadaptada, de carácter difícil y sensibilidad extraviada por una vida demasiado libre, conoce allí a tres personajes, que en cierto modo son un poco también como ella: seres inadaptados y rebeldes, sobrenadando en esa especie de naufragio que es para ellos la vida. ¿Por qué «Rosalind» se marcha con estos tres varones y se queda a vivir con el más viejo? Su inestabilidad, su rebeldía, sus reacciones inesperadas, son la única explicación. Pero luego resulta que la profesión de sus amigos, cazadores de caballos salvajes, la horroriza, y que al final consigue que estos recios varones se avergüencen de su profesión, en un inesperado rebrote dé sensibilidad, y la abandonan. Problema demasiado pequeño para que pueda explicar la conmoción que produce en aquellos cuatro seres errantes y difíciles. Pero Marilyn —ó «Rosalind»--- es capaz de todos los milagros. La realización de John Huston no resulta del todo convincente, si, bien el guión de Arthur Miller, harto complicado y de una evidente confusión psicológica, no le permitía seguir otro camino. Como contrapunto de la acción dramática, Huston ha incorporado a la película una parte costumbrista y documental que comprende una de las fases más importantes del film, en la que se nos muestra cómo se cazan los caballos salvajes en Nevada. Parte documental que nos permite enterarnos de otra curiosa particularidad de la vida norteamericana: la de que estos caballos salvajes son destinados a carne en conserva para servir de alimento a perros y gatos. Lo que más nos ha impresionado de este film es la interpretación. Marilyn Monroe, qué aparece favorecida por el blanco y negro, que la estiliza y la espiritualiza, confirma sus excelentes cualidades de actriz, harto discutidas en otras ocasiones, Clark Gable se comporta con el aplomo, el seguro dominio y el vigor temperamental que hicieron de él uno de los indiscutibles maestros del séptimo arte. En cuanto a Montgomery Cliff, uno de los más extraordinarios actores de la promoción joven, crea un tipo lleno de originalidad de fuerza dramática. A. MARTÍNEZ TOMAS.

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Thanks for your comment, Paco Granados
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