Magnificent Obsession (1954) OBSESIÓN

Magnificent Obsession (1954) OBSESIÓN

LA VANGUARDIA (14-9-1954) 

Cuantos años hace que Irene Dunne y Robert Taylor, si no recordamos mal, interpretaron este tema. Un terna sentimental y peligroso que el director debe dosificar con mirada de águila para impedir que la sensibilidad se torne sensiblería, la ternura empalago y el drama no degenere en folletin. Ocurren en esta novela cinematográfica tantas cosas gratas y tantas ingratas, se aúnan tantas casualidades, se «sufre» tanto para llegar al final feliz que verdaderamente, hay que cuidar todos los matices de la expresión cinematográfica para evitar que baje el tono. Ello se logra, principalmente, cuidando los detalles técnicos —sobre todo la fotogratia, que en la segunda mitad de la pelicuta tiene tics o cuatro alardes de contraluz—y la interpretación mesurada, sobria y expresiva a cargo de Jane Wyman, Rock Hudson, Barbare Rush, Agnes Moreehead, Otto Krüger y otros nombres que componen un reparto espléndido, de la calidad a que nos tiene acostumbrados el cine norteamericano. Un director que hemos seguido a lo largo de una carrera variada, Douglas Sirk, ha sido el encargado de concertar todos los elementos para lograr un film excelente, ponderado y preciso, en el que los valores arguméntales, harto discutibles en ocasiones, son exaltados, comprimidos o subrayados según las situaciones. O sea que no solo se trata de una dirección eficiente si que también de un triunfo de la sensatez y del buen gusto. Que no es poco decir, a nuestro entender. J. H. O.