domingo, 31 de julio de 2011

Carmen Jones 1954 "CARMEN JONES"

Carmen Jones 1954 "CARMEN JONES"



LA VANGUARDIA (22.9.1961) 
El Urgel Cinema ha sido. inaugurado con el film de Otto Preminger «Carmen Jones». Se trata de la trasposición a la pantalla de la famosa ópera de Bizet. El esquema argumental sigue las lineas de la novela de Merimée, que sirvió también de guía al libreto, pero los personajes, el ambiente y muchas otras cosas han sufrido profundas mutaciones. «Carmen Jones» es una Carmen negra: Para encontrar un equivalente al apasionamiento arrebatado y a la ingratitud odiosa de la cigarrera sevillana que pintó Merimée, Otto Preminger ha buscado una mujer de color, de costumbres algo más que ligeras. La réplica de «Don José» es «Joe». un cabo de las fuerzas norteamericanas, también negro, aspirante a ingresar en una de las escuelas del Aire de los Estados Unidos, y la figura de «Escamillo» corresponde en la cinta a un boxeador célebre, igualmente negro. Las restantes transmutaciones o metamorfosis siguen unas equivalencias parecidas. «Carmen Jones» fue producida, según creemos recordar, hacia 1955. Cuando el film fue estrenado, produjo sensación. Sorprendió la audacia del realizador, la belleza vibrante y expresiva de Dorothy Dandridgc —que es la «Carmen» negra— y la novedad de la opaca y agobiante atmósfera de los ambientes negros en que se desenvuelve la acción de la película. Al cabo de casi diez años, estas novedades no nos sorprenden tanto. El impacto no es, en efecto, ni tan profundo ni tan directo como lo fuera entonces. Pero en «Carmen Jones» perviven valores artísticos de una calidad eterna y que todavía están llamados a conmover al público. En primer término la maravillosa música de Bizet. Después de ésta, la turbadora belleza de la guapísima mulata que es Dorothy Dandridge. De ella puede decirse, sin exageración, que es una criatura que desborda gracia femenina, picante «sex appeal», fascinación estética... Otto Preminger ha querido situar la acción de «Carmen Jones» en un ambiente que tuviese el mismo fondo de pasiones brutales y encendidas de la novela de Merimée. Y pensó, sin duda, que sólo entre los negros es posible encontrar ahora, en pleno siglo XX, pasiones semejantes. Se ha escrito que la música de Bizet no ha sido traicionada en este film. Se ha procurado en efecto, recoger lo mejor de ella: lo más significativo y lo más popular. Pero no se ha hecho —hay que reconocerlo— con el rigor purista de un teatro de ópera. El cine y su sentido popular han obligado a someter la partitura a algunas ligeras manipulaciones para hacerla más «cinematográfica». A pesar de todo, la partitura de Bizet representa la baza mayor de Otto Preminger en este empeño artistico. En la cinta todo ha sido concebido en función del color de los protagonistas. Es un mundo negro en su totalidad: de una negrura que explica en cierto modo las aprensiones de muchos ciudadanos de los Estados Unidos que no quieren dejarse sumergir en ese mundo oscuro, con sentimientos, costumbres y reacciones igualmente sombrías. Otto Preminger ha procurado sostener el tono dramático de la acción de «Carmen». Ha intentado igualmente imprimirle cierta variedad, a cuyo efecto ha incluido personajes de indudable humor, como, por ejemplo, las dos negras de vida alegre amigas de «Carmen». Aparte de Dorothy Dandridge, cuyo paso por la pantalla es todo un espectáculo, intervienen en el reparto Harry Belafonte, un negro de gallarda apostura, excelente cantante de ritmos modernos. al que vimos con placer en el film «Calipso». Dorothy y Belafonte «cantan» sus papeles, pero las voces que llegan hasta nosotros no son las suyas, sino las de notables primeras figuras de la ópera. Sólo Olga James pasa por la pantalla con su voz verdadera. La película es espectacular, tiene alicientes visuales muy notables y, en general, resulta curiosa como experimento artístico. En suma, distrae e interesa A. M. TOMAS. 




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