domingo, 31 de julio de 2011

Cheyenne Autumn 1964 "EL GRAN COMBATE"

Cheyenne Autumn 1964 "EL GRAN COMBATE"




LA VANGUARDIA (17-9-1965) 
«El gran combate», de John Ford, fue presentada el año pasado en la VI Semana Internacional del Cine en Color, celebrada en Barcelona. El film dejó en el público que asistió a la sesión una impresión muy favorable. Se trata de una película en la linea tradicional del gran cineasta. En ella Ford alcanza los mismos aciertos técnicos, muestra idéntica intuición para trasladar a la pantalla las bellezas del paisaje y confirma ser un psicólogo sagaz y penetrante. Con el tiempo, este gran veterano de Hollywood ha adquirido serenidad y grandeza, aun cuando le falten algunas de las vibrantes impulsiones de sus años primeros. También en «El gran combate» revela Ford una evolución sensible en el modo de abordar los conflictos humanos que plantea en los Estados Unidos el «indigenismo», un problema que conmovió profundamente a este gran país en el curso del siglo pasado. John Ford ha elegido como núcleo argumenta] de «El gran combate» algunos episodios de la lucha norteamericana contra los pieles rojas. Pero en esta ocasión las tribus aborígenes no son presentadas como unas hordas bárbaras entregadas sistemáticamente a la matanza y el saqueo, según ha establecido un tópico demasiado estereotipado, sino más bien como unas víctimas de la fatalidad que reaccionan con valerosos y explicables impulsos defensivos. La acción transcurre en 1878, cuando ya la guerra entre indios y blancos iba extinguiéndose. Una tribu «cheyenne» lleva una vida mísera en los estrechos límite; de una «reserva» de Oklahoma, en donde prácticamente está destinada a la extinción. Entonces en un impulso de rebeldía. profundamente humano, decide romper el acoso y huir a las tierras en las que habían nacido. Una mujer joven, perteneciente a una secta protestante decide compartir su destino y acompañarles en su éxodo. John Ford ha, fijado esta historia en imágenes fuertes y expresivas, pero en algunos instantes la coherencia del relato flaquea un poco y se hace algo confusa. El primero y el último tercio tiene cinta tienen coherencia y fuerza, pero hacia la mitad de la película Ford ha intercalado unas peripecias menos convincentes. Algunas de éstas tienen un tono humorístico que roza la caricatura. Para esta película John Ford ha podido disponer de un equipo artístico de gran calidad. Nos complace mucho la justeza y la sobriedad de Richard Widmark, la áspera labor de Karl Malden, la discreta del veterano Edward G. Robinson y la muy expresiva de James Stewart. Carroll Baker cumple discretamente en su papel de muchacha buena. En cambio tiene mucho brio y fuerza la intervención de la actriz mejicana Dolores del Rio. Ricardo Montalbán y Gilben Roland, que también forman parte del reparto artístico, llevan a cabo una perfecta labor de caracterización. — A. M. T. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Que te parece el blog.