lunes, 1 de agosto de 2011

So Big 1953 "TRIGO Y ESMERALDA"

So Big 1953 "TRIGO Y ESMERALDA"



LA VANGUARDIA (5-6-1954) 
La novela de Edna Ferber que ganó él Pulitzer que ha sido la base de esta película debe de ser una bella novela llena de nobles emociones y propósitos, cargada de riquezas literarias y de finas y hondas descripciones psicológicas, y decimos que debe de ser, porque si bien no la conocemos, la cinta nos proporciona los suficienteselementos de juicio para suponerlo con estimable margen de certeza. En efecto, «Trigo y Esmeralda» está envuelta desde el principio hasta el fin en una tenue pero persistente aura literaria de la que el director Robert Wise, precedido, claro está, por los guionistas, no ha podido prescindir so pena de perder con ella la única justificación del film. Con ello quiere decirse que «Trigo y Esmeralda» apenas fija su atención en los términos exteriores del asunto yen lo que en el más riguroso sentido cinematográfico de la calaba podemos llamar acción. Tales factores vienen substituidos por el reflejo del mundo interior de los personajes principales y particularmente de la protagonista, al desarrollo de cuya biografía asistimos mediante el ya añoso sistema de la evocación. Esta protagonista, que interpreta Jane Wyman con sensibilidad y autenticidad extremas, es realmente una mujer extraordinaria en la que sin todo un hermoso sentido de la vida. Y esta mujer es en verdad, toda o casi toda la película. Figuras y ambientes, los del campo de Nueva Holanda en los años veinte de nuestro siglo, giran en su tomo y es ella la que les da contenido y proyección humana, ya que no auténtico interés personal, quizá porque su dibujo resulta un tanto elemental y honesta, aquí procede la sensación de que la película no ha mantenido la proporción debida entre el tema y sus posibilidad reales de desarrollo. De aquí procede también esa especia de ausencia de motivos emocionales y sugestivos, o tal vez no su ausencia sino su disolución en un conjunto excesivamente dilatado de escenas y tipos cuyas manifestaciones no tienen la fuerza atractiva necesaria para inscribir al espectador en su historia, ni en sí ni en la forma de ser presentados. La mayor y mejor parte de las calidades de «Trigo y Esmeralda» se centran, pues en el diálogo y en la versión interpretativa de Jane Wyman: es decir, en lo literario. Sterling Hayden y un buen grupo de comediantes la acompañan acierta distancia, la impuesta por una expresividad dulce y tierna que es lo que da el tono a la cinta. — H. S. O. 





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