Imitation of Life 1959 "IMITACIÓN A LA VIDA"
LA VANGUARDIA (24-2-1960)
Maravillosa interpretación la de este film, el asunto es interesante, aunque tal vez un peco sobrecargado de tintas melodramáticas, pero la realización y la interpretación son estupendas y están llamadas a dejar gratísimo recuerdo, como lo dejara también la primera versión cinematográfica de esta misma historia, interpretada hace casi treinta años por Claudette Colbert. El problema racial en los Estados Unidos ha sugerido al cine muchos films cargados de emoción humana y de interés social. No sólo el color de la piel, sino el hecho de descender de negros, aún cuando se sea casi blanco, puede crear en aquel gran país, admirable por tantos conceptos, pero tan obcecado en el problema de la raza, situaciones desesperadas. La que se crea en «Imitación a la vida», no solo es dramática sino también patética. De ella emana una emoción penetrante, envolvente y continua; una emoción que a la vez nos conmueve y nos irrita, porque la vemos surgir de un estado de injusticia social que niega los más elementales principios de la moral cristiana. La historia que ha llevado Douglas Sirk a la pantalla — y que ha realizado con todas las ventajas que le permiten los progresos de la técnica es ligeramente diferente a la que sirvió de argumento a la primera versión de este mismo tema ambas se inspiran en la misma novela de Fannie Hurst, pero entre una y otra existen hondas diferencias en la estructura de la trama, si bien el fondo del conflicto social y dramático sea el mismo. Douglas Sirs ha logrado una cinta excelentemente realizada, de una sorprendente coherencia narrativa, no obstante tratarse, en realidad, de dos historias que hubieran podido ser narradas independientemente. La vida de Laura, la gran actriz que solo piensa en su carrera artística, olvidándose de que su hija se va haciendo mayor, podía dar vida por si sola a una película. El drama desgarrador de la negra Anny, detestada por su propia hija, que por haber nacido casi blanca vive en la exasperación de sentirse estigmatizada por su origen racial, podía dar motivo a otra. Pero gracias a la inteligencia de los argumentistas y del realizador son una sola historia, sólidamente y bellamente entrelazadas. Douglas Sirk, que ha cuidado mucho de ir graduando la emoción de la cinta, emoción que se produce en «crescendo» constante, la hace culminar en una melodramática escena final que arranca lágrimas a la mayor parte de los espectadores. Ya hemos dicho que la realización y la interpretación de «Imitación a la vida», son afortunadísimas. Lana Turner realiza la mejor creación dramática de su carrera artística. Está maravillosa de expresión y de naturalidad y alcanza en las frases emotivas acentos de sinceridad sorprendentes. La encontramos también prodigiosamente joven, dinámica y bonita. La actriz negra Juanita Moore es, asimismo, una intérprete excepcional. En algunos instantes iguala y aún supera a Lana Turner. Su creación de la figura de Anny, la doméstica negra, es de las que se recuerdan con emoción y durante mucho tiempo. El resto de los intérpretes se comporta con suma discreción. Destaquemos especialmente la labor de John Gavin, excelente galán, y la de Sandra Dee y Susan Kohner, dos actrices sugestivas y jóvenes. En la escena del funeral de Anny, la cantante de color Nathalia Jackson interpreta un «negro espiritual» muy expresivo.-A. MARTINEZ TOMAS

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Thanks for your comment, Paco Granados
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