Breakfast at Tiffany's 1961 "DESAYUNO CON DIAMANTES"
LA VANGUARDIA (2640-1963)
En su versión literaria, es decir, en la novela de la que ha sido extraído el argumento de esta película se titula «Desayuno en Tiffany». Este es también el titulo de la versión original cinematográfica. «Tiffany y Compartía» es una famosa jollería de Nueva York y es de suponer que en ella abundan los diamante. Pero la joven protagonista del film no consigue desayunar ni uno solo. Ese «Desayuno con diamantes» no pasa de ser una aspiración que nunca ve cumplida. La trama precedente como ya hemos dicho de una novela de Truman Capote, muy popular en Norteamérica, está sobrecargada de literatura. Aunque el film logra tener muy acusada su marca hollywodiana se adivinan la influencias de los modernos realizadores europeos de vanguardia. En suma no llega a ser un film a lo Antonioni o a lo Alain Resnais, pero aspira a aproximarse a ellos. Se trata, a nuestro juicio, de un ensayo de cine entre realista y poético, con sus buenos ribetes de erotismo, pero suavizado por una vagante literaria e intelectualista. Ese deliberado afán de. hacer «algo nuevo» es lo que le presta a la cinta un cieno tono entre deshilachado y languindiciénte evidentemente original y a ratos, divertido. La película centra su interés sobre una curiosa y extraña figura femenina: la de una muchacha muy joven, que se casó con una especie de patán a los catorce años y que se encamina después a Nueva York, descubre los encantos de la «dolce vita», sin embargo, este inesperado paraíso —el de los bellos vestidos, el alcohol fluyente las aventuras fáciles y los generosos regalos de cincuenta dólares «para que valla al tocador»— no satisface por entero a la inquieta y complicada jovencita, que se enamora a su modo, de un escritor que vive de ser el «gigoló» de una madura dama. Como puede verse no se trata, precisamente, de una trama ejemplarizame. Por, lo contrario lo escabroso —y muy escabroso— abunda en la cinta, pero el personaje literario que lo rocubrc todo, le lima las aristas más hirientes. B1ake Edwards ha realizado, sin duda, lo que se proponia. Es decir, pasar por «muy moderno», encubriendo en lo posible el fino pero indudable cinismo, de la historia. Como obra anisica. «Desayuno con diamantes» nos parece muy bien. incluso, unos delicados perfiles de humorismo y está saturada de una gracia estética, muy brillante y certera. Creada para el lucimiento de Audrey Ilepburn, la deliciosa actriz de «Sabrina» y de «Historia de una monja», la película ofrece magníficos aciertos de interpretación. Aparte la encantadora Audrey que hace de la heroína una creación maravilla, todos muy ajustados en sus papeles respectivos. En primer terminó a nuestro juicio, George Peppard, espléndido de naturalidad en la figura del escritor que dimite de su oficio de «gígolo» porque ha descubierto un amor de verdad. -A. MARTÍNEZ TOMAS

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